¿ERES UNA PERSONA CONTROLADORA?
La persona controladora es aquella que ante situaciones poco definidas y claras reacciona controlándolo todo de manera excesiva. El hecho de controlar les da seguridad, son personas que no pueden convivir con la incertidumbre. Suelen ser dominantes, egocéntricas y rígidas, y se preocupan exageradamente por las cosas. Están en estado de alerta permanente, por eso repasan las cosas mil veces, es la manera de encontrar su calma interior. Y lo que no saben es que tendrán realmente calma permanente si aprenden a vivir con el cambio constante y la incertidumbre de la vida. Es importante que para no derrochar energía se luche sólo por lo que se puede controlar y no nos desgastemos por lo incontrolable.
EN UN PERFIL CONTROLADOR TODO DEBE ESTAR PLANIFICADO, ESTUDIADO Y CALCULADO
Des de una visión de control todo debe estar planificado, calculado, estudiado y organizado para llegar al objetivo sin errores y de manera rápida y eficaz. El problema es que las personas controladoras pueden limitar la vida de las demás porque creen que su manera de actuar es la única que es correcta. De hecho, muchas personas controladoras no son conscientes de eso y lo justifican de esta forma “te controlo porque te protejo y te protejo porque me importas”. Les cuesta ponerse en el lugar del otro, les cuesta ver que la vida tiene muchos caminos y que cada persona puede escoger su opción.
Cuando se activa el control se aplican criterios de perfeccionismo extremo ya que este tipo de personas se frustran cuando las cosas no salen según sus planes. Se preparan minuciosamente porque las cosas deben ser exclusivas i aplican medidas de perfeccionismo para compensar lo que se había hecho mal hasta el momento. Les cuesta entender que la vida es acción, la toma de decisiones es permanente y la verdad absoluta es muy cuestionable, según la interpretación que hagamos de las circunstancias que analicemos.
EL ESTRÉS ES EL PRECIO QUE TIENEN QUE PAGAR PARA SENTIRSE PERSONAS SEGURAS
El estrés es el precio que han de pagar para sentirse personas seguras… querer controlarlo todo les produce un estrés y agotamiento mental muy importante, muy limitador para ser realmente felices. Al estar prohibidos los fallos y las improvisaciones, la mente no para de planificar las posibles opciones que pueden afectar a cada tema a decidir. Es muy cansado, agotador, se tratar de estar todo el día bajo presión para controlar que no falle nada. Les alaga el prestigio que esto conlleva, pero el precio que pagan de estrés y ansiedad no les compensa a largo plazo.
El estrés disminuye cuando lo tienen todo controlado, pero enseguida algo se descontrola, y el estrés reaparece, hasta que hay nuevo control, y se vuelve a descontrolar... y así sucesivamente. Es un círculo vicioso, a más control, más estrés… y así los cambios permanentes van retroalimentando este bucle que no tiene fin… a no ser que la persona se dé cuenta y decida actuar de manera diferente.
A parte, que físicamente también el cuerpo paga un precio caro: dolores de espalda, contracturas cervicales, dolores musculares, taquicardia… muchos síntomas físicos que acompañan este tipo de personalidad controladora.
ES NECESARIO APRENDER A CONVIVIR CON LA INCERTIDUMBRE
Es importante darse cuenta que la vida requiere de una cierta incertidumbre, requiere dejar fluir, requiere observación y ver por donde se van moviendo ciertos desenlaces… y en este momento es donde podemos decidir y poner nuestro granito de arena… pero no podemos controlar todo el mar… ya que la inmensidad nos convierte en pequeños seres pensantes que tenemos control solo sobre una pequeña porción del pastel.
Cuando aprendemos que el excesivo control no es bueno, aparece en nosotros un estado de bienestar y calma que no conocíamos y que nos permite disfrutar más de la vida, de sus diferentes opciones y de que a veces los errores nos permiten crecer, mejorar y, al final, encontrar una solución o conseguir un objetivo muy superior gracias al primer error.
Hay que evolucionar permanentemente porque la vida es movimiento, la VIDA ES ACCIÓN. En Mataró, concretamente, en Instituto PSICO. Psicología y Desarrollo sabemos que las personas necesitan gestionar sus puntos débiles para convertirse, en pocas sesiones, en individuos mucho más flexibles, adaptativos y con mucha más calidad de vida.
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