Portada » Infanto-Juvenil » Frases que afectan negativamente a la autoestima de mi hijo
¿Cómo crees que pueden repercutir frases como “Eres un torpe”, “Solo piensas en tonterías” o “Mira que eres vago”? ¿Qué crees que pasa por la mente del pequeño al escuchar estas frases? ¿Cuál es el impacto negativo en su desarrollo? ¿Cómo las podemos cambiar?  

Las expresiones que decimos a nuestros hijos muchas veces son debidas a que las hemos oído cientos de veces nosotros mismos en nuestra infancia o porque nos encontramos en un momento de estrés y vamos con prisa. Pensamos que diciéndolas vamos a conseguir que el niño reaccione, pero ¡estamos muy equivocados! Al contrario, vamos a repercutir negativamente en la confianza que tiene en sí mismo y la que tiene con nosotros, papás y mamás.

FRASES Y EXPRESIONES QUE NUNCA SE DEBERÍAN DECIR

En este artículo vamos a repasar estas frases y expresiones que decimos a los pequeños y que pueden impactar negativamente en su manera de percibirse a ellos mismos.

Las frases que nunca deberías decir a tu hijo por el efecto que tienen en él:

“No te quiero ni ver de lo enfadado/a que estoy”
“Cómo no hagas esto, te voy a castigar”
“Yo pensaba que eras más listo”
“Eres igual que tu padre/madre”
“Qué ganas de que se acaben las vacaciones para que regreses al cole”
“No sabes hacer nada bien”
“Estás insoportable”
“Tu hermano no hace estas cosas, ya podrías aprender de él”
“Yo cuando tenía tu edad…”
“Estate quieto”; “No corras”; “No te subas ahí”; “No grites”; “No hables”; “No llores”…

¿POR QUÉ NO DEBEMOS DECIR ESTAS EXPRESIONES NEGATIVAS A NUESTROS HIJOS?

Tenemos grandes expectativas para nuestros niños y queremos que sean responsables, respetuosos, amables, que no digan palabrotas y saquen buenas notas, entre muchas otras cosas. Pero nuestros hijos necesitan equivocarse, aprender y cometer errores, como todo el mundo.
Deberemos, por lo tanto, potenciarlos y animarlos con un lenguaje positivo. Lo primero que tenemos que hacer es observar nuestro lenguaje hacia ellos y reconocer las frases negativas que decimos a nuestros hijos en un momento de enfado, estrés o preocupación y aprender a expresar lo que queremos decir de una forma positiva, o al menos no tan negativa.

¿CÓMO PODEMOS CAMBIAR ESTAS EXPRESIONES?

– Debemos reconocer qué decimos y cómo lo decimos. Darnos cuenta de que usamos frases que no son del todo correctas y que afectan negativamente a la confianza del pequeño.

– Identificar y cambiar las frases negativas por otras más positivas. “Eres un vago” cambiarla por “Si haces tus cosas te quedará tiempo para jugar”. De esta manera ofrecemos un mensaje que alimenta, motiva y es bueno para el niño.

– Ponernos en el lugar de nuestro hijo y pensar cómo nos sentiríamos si nos dijeran esas cosas día tras día.

– Es importante escuchar los argumentos de nuestro hijo, ser pacientes y comprensivos: están en un proceso de aprendizaje constante.

Nadie nos enseña a ser padres y el bebé no viene al mundo con un manual de instrucciones bajo el brazo. Es por eso que es natural equivocarnos y aprender cada día de nuestros errores.

Ahora solo se trata de practicar un lenguaje más positivo para poder conseguir una buena comunicación con nuestros hijos.

LA VIDA ES ACCIÓN, es importante que tu hijo aprenda desde un lenguaje positivo, potenciador y, sobre todo, que le transmita seguridad.

Anna Ortiz

Núm.Colegiada 11.974
Psicóloga sanitaria y Especialista en desarrollo personal

Ver todos sus artículos

Añade un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Preguntas? Hablemos.
Atención al cliente
¿Necesitas ayuda? Contacta con nosotros.
Solicita una cita
Estoy conectada