La evidencia empírica ha mostrado que la exposición sistemática y continuada al estímulo temido permite reducir la respuesta de miedo y ansiedad.
Te voy a explicar en que consisten los diferentes tipos de exposición para que puedas ver que realmente son terapias que te pueden ayudar a minimizar tu enorme malestar.
LA EXPOSICIÓN EN VIVO
Esta exposición es la que te voy a comentar con más detalle por ser la más efectiva en la mayoría de trastornos asociados al miedo. De hecho, tal y como su nombre indica la exposición en vivo implica tomar contacto directo con la situación u objeto temido de forma gradual. El objetivo de la terapia es que la persona sea capaz de intentar controlar la ansiedad ante el estímulo, situación, hecho o objeto que le genera el miedo o el pánico. En este caso, los psicólogos somos guías y acompañantes en tu proceso de enfrentarte a esta situación temida y, que poco a poco, vayas tolerando la angustia que esta te genera sin que huyas o intentes evitarla. De esta manera, irás viendo y convenciéndote que las consecuencias no son tan terribles ni catastróficas como te imaginabas. De este modo, irás normalizando los síntomas de manera progresiva hasta su desaparición.
Esta técnica permite conseguir cambios fisiológicos debido a que nos acabamos acostumbrando al estímulo temido, cambios conductuales ya que dejamos de tener una respuesta conductual aversiva o evitativa y, finalmente, cambios cognitivos ya que cambian las expectativas debido a la comprobación y convencimiento de que no hay un peligro real.
Antes de empezar la exposición en vivo y, sobre todo, para asegurarnos que sea un éxito hay que hacer un trabajo en la consulta de reestructuración cognitiva, de técnicas de respiración y relajación, autoinstrucciones… etc. Por lo tanto, debemos prepararnos para la exposición en vivo previamente para trabajar y gestionar la ansiedad y, a la vez, mejorar la calidad de nuestros pensamientos a través de reestructurar las ideas negativas y catastróficas que van asociadas a estos miedos.
Un aspecto también muy importante es que los intervalos de tiempo entre sesión y sesión deben ser cortos, no se recomienda que pase demasiado tiempo entre sesión y sesión.
Hay un aspecto que debes tener muy claro y es que debes enfrentarte al miedo desde la convicción de que conjuntamente vamos a poder vivir la experiencia hasta el final. En ningún caso, deberíamos abandonar el proceso ni hacer conductas de evitación durante la sesión ya que si lo hacemos, no vamos a avanzar en el propósito.
EXPOSICIÓN EN IMAGINACIÓN
Este tipo de exposición implica imaginar que se están afrontando las situaciones o hechos que provocan la ansiedad o el miedo. Hace falta rememorar con detalle el entorno, los síntomas, las emociones, los pensamientos y las consecuencias temidas. Esta técnica es útil cuando la situación temida ya ha pasado (ejemplo un trauma anterior) o cuando no es fácil hacer una exposición en vivo (ejemplo de fobia o miedo a volar en avión).
EXPOSICIÓN MEDIANTE REALIDAD VIRTUAL
La exposición que está en auge estos últimos años es la exposición mediante realidad virtual, este procedimiento se hace mediante ordenadores o en un ambiente virtual automático computerizado. La idea es crear un estímulo o situación que simule tu experiencia de miedo y, así, poder trabajarla des de la propia consulta.
LOGROS QUE SE CONSIGUEN CON LA EXPOSICIÓN AL MIEDO
- Aprender a romper o reducir la asociación entre los estímulos o situaciones y las reacciones negativas y, por el contrario, responder de manera más adaptativa.
- Aprender y interiorizar que las consecuencias negativas temidas no ocurren y, por lo tanto, no hay base para el miedo.
- Aprender que uno mismo es capaz de manejar los miedos en su día a día.
Espero que esta explicación te sirva para ver que tu problema tiene solución y que simplemente hay que ponerte en las manos de un buen psicólogo para poder empezar a trabajar la solución del problema: “ LA VIDA ES ACCIÓN” y en Instituto PSICO. Psicología y Desarrollo te podemos ayudar. ¡Te esperamos!
Añade un comentario